La realidad del juego patológico

El juego en el que prima el azar como elemento que da lugar a victoria o derrota ha existido siempre, el problema comienza cuando deja de ser un simplemente eso para convertirse en juego patológico, un trastorno del control de impulsos que crea dependencia y adicción, afectando a las esferas personal, familiar y laboral. Este impulso, afecta a la personalidad del individuo quien se ve en la necesidad de aumentar paulatinamente las cantidades jugadas, presenta una ausencia total del control de sus impulsos, engaña, miente y en algunos casos puede llevarle a romper sus relaciones personales, perder su trabajo o recurrir a actividades o actos ilegales.

De todo ello se deriva una confrontación entre los colectivos que abogan por el derecho de todos a jugar frente a los que opinan que juego afecta tanto a los que lo practican como a su entorno y finalmente a la sociedad en general, razones por las que se debe prohibir o evitar.

A este respecto, la proliferación del juego, sobre todo vía internet, ha desatado los elogios de unos y las críticas de otros, ya que se han desarrollado sin control y con la pasividad de las Administraciones Públicas, que no solo no han reaccionado creando los mecanismos necesarios para evitar los problemas que se están desencadenando, sino que en algún caso lo fomentan a través de la publicidad. 


Asimismo, el juego en Internet, dado que ofrece acceso a todas las personas, sin restricciones de edad, horario, cuantía o lugar, posibilitando el acceso, no sólo a través del ordenador, sino a través de las nuevas tecnologías, como la televisión digital interactiva y sobre todo la telefonía móvil (que se está consolidando como canal de apuestas sobre todo deportivas), genera una serie de problemas que inciden económica y socialmente, como la seguridad jurídica en el juego o el control de acceso al juego de los menores y las menores y de personas afectadas por juego patológico.

En el caso de los menores y las menores, esta circunstancia es especialmente grave debido a que el inicio en el mundo del juego se produce en la adolescencia y que se ha observado un peligroso incremento de diagnósticos de juego patológico en personas cada vez más jóvenes. Además se trata de una etapa de vulnerabilidad en la que el deseo por encontrar dinero fácil y rápido provoca la caída en juegos de azar sin valorar las consecuencias que éste puede tener.

Sin embargo, hay que señalar que, con independencia de las causas y tratamientos de esta enfermedad, que deben ser objeto de tratamiento por profesionales expertos en el ámbito de las conductas adictivas, la información veraz y la prevención constituyen herramientas esenciales para solucionar esta lacra. En este sentido, la identificación temprana de factores de riesgo resulta primordial para el establecimiento de estrategias preventivas.

Por todo ello y teniendo en cuenta que, siendo el juego una realidad social, debe practicarse de forma responsable, con todas las garantías implementando normativas al respecto, campañas preventivas y apoyando los tratamientos necesarios a aquellos sujetos afectados por juego patológico.

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